Según los conocimientos, competencia y posición de que gozan, los fieles tienen el derecho e incluso a veces el deber de manifestar a los Pastores su opinión sobre cuestiones que pertenecen al bien de la Iglesia, y también tienen derecho a hacer conocer su opinión a los demás fieles cristianos , con el debido respeto a la integridad de la fe y la moral y a la reverencia hacia sus pastores, y con la consideración por el bien común y la dignidad de las personas. [CIC, Codex Iuris Canonicus (1983), Can. 212, § 3.]

miércoles, 17 de abril de 2013

OBISPO BRAULIO RAFAEL, FALTA DE LIDERAZGO Y AUTORIDAD




Tiene 68 años. Nació en León Guanajuato y a los 25 años fue ordenado  Sacerdote por el mismo Paulo VI en el Vaticano. Durante su  presbiterado  ocupo varios cargos  en su diócesis, tanto en la Curia como en el Seminario.

En sus tiempos de Seminarista los que lo conocieron afirman que era un compañero con falta de liderazgo, mas cercano a los formadores y muy estudioso, le gustaba visitar frecuentemente la biblioteca. Su cercanía  con los formadores y  su buen promedio le valieron muchas  oportunidades. Su carácter sonriente y a la vez escurridizo hacia que en el Seminario pasara desapercibido.

Su Obispo, Monseñor Anselmo Zarza Bernal  a quien conoció desde que era Seminarista y con quien  mantuvo una cordial amistad le promovió al episcopado. Lográndolo proponer para la Diócesis de la Paz en Baja California Sur,  siendo así su tercer Obispo, siendo consagrado por el mismo nuncio Girolamo Prigione el  29 de marzo de 1990.

En la Paz duró apenas nueve años.  Una diócesis naciente y que apenas florecía le causo estragos al joven Obispo que tan solo contaba con 44 años cuando fue consagrado, poco a poco su falta de carácter y liderazgo propicio que varios Sacerdotes hicieran lo que querían y no tomaran en serio la autoridad del Obispo, al grado que hoy en día los problemas que enfrenta esa Diócesis  de la península de Baja California fueron  heredados al actual Obispo  por Don Braulio, como se le conoce.

Hoy en Ciudad Guzmán no es la excepción, nombrado en 1999 y  tomo posesión en el 2000. Se enfrentó a una titánica problemática, muy diferente a la que vivió en la Paz.

Recibió la diócesis  con un  problema, la sombra de un Obispo emerito, paternalista y emblema de una teología de la liberación de caricatura que  gobernó la diócesis  por 22 años. Problema que no ha podido safarse, ya que las bases  presbiterales  aun siguen siendo controladas por  un grupo de Sacerdotes iniciados, adoctrinados y guiados por el anterior Obispo.

La rebeldía de los Sacerdotes de su diócesis y  su liderazgo gris merman su autoridad y su capacidad de gobernar una Iglesia particular que podría dar mas de lo que esta dando.

A don Braulio le faltan siete años para convertirse en emerito, si antes a Roma le urgía que a Serafín Vasquez Elizalde (+) el anterior Obispo  cumpliera los 75 años para convertirse en Emerito  y así nombrarle un sucesor, parece que a Braulio le urge terminar su trabajo, y a la diócesis le faltarían por lo menos otros  20 o 30 años para limpiarla de una  falsa opción por los pobres.