Tiene 68 años. Nació en León Guanajuato y a los 25 años fue
ordenado Sacerdote por el mismo Paulo VI
en el Vaticano. Durante su
presbiterado ocupo varios
cargos en su diócesis, tanto en la Curia como en el Seminario.
En sus tiempos de Seminarista los que lo conocieron afirman
que era un compañero con falta de liderazgo, mas cercano a los formadores y muy
estudioso, le gustaba visitar frecuentemente la biblioteca. Su cercanía con los formadores y su buen promedio le valieron muchas oportunidades. Su carácter sonriente y a la
vez escurridizo hacia que en el Seminario pasara desapercibido.
Su Obispo, Monseñor Anselmo Zarza Bernal a quien conoció desde que era Seminarista y
con quien mantuvo una cordial amistad le
promovió al episcopado. Lográndolo proponer para la Diócesis de la Paz en Baja California Sur, siendo así su tercer Obispo, siendo consagrado
por el mismo nuncio Girolamo Prigione el 29 de marzo de 1990.
En la Paz
duró apenas nueve años. Una diócesis
naciente y que apenas florecía le causo estragos al joven Obispo que tan solo
contaba con 44 años cuando fue consagrado, poco a poco su falta de carácter y
liderazgo propicio que varios Sacerdotes hicieran lo que querían y no tomaran
en serio la autoridad del Obispo, al grado que hoy en día los problemas que
enfrenta esa Diócesis de la península de
Baja California fueron heredados al
actual Obispo por Don Braulio, como se
le conoce.
Hoy en Ciudad Guzmán no es la excepción, nombrado en 1999
y tomo posesión en el 2000. Se enfrentó
a una titánica problemática, muy diferente a la que vivió en la Paz.
Recibió la diócesis
con un problema, la sombra de un
Obispo emerito, paternalista y emblema de una teología de la liberación de
caricatura que gobernó la diócesis por 22 años. Problema que no ha podido
safarse, ya que las bases presbiterales aun siguen siendo controladas por un grupo de Sacerdotes iniciados,
adoctrinados y guiados por el anterior Obispo.
La rebeldía de los Sacerdotes de su diócesis y su liderazgo gris merman su autoridad y su
capacidad de gobernar una Iglesia particular que podría dar mas de lo que esta
dando.
A don Braulio le faltan siete años para convertirse en
emerito, si antes a Roma le urgía que a Serafín Vasquez Elizalde (+) el
anterior Obispo cumpliera los 75 años
para convertirse en Emerito y así
nombrarle un sucesor, parece que a Braulio le urge terminar su trabajo, y a la diócesis
le faltarían por lo menos otros 20 o 30
años para limpiarla de una falsa opción
por los pobres.